El valorar una empresa le corresponde un trabajo arduo que requiere conocimientos técnicos y la experiencia necesaria para intentar aproximar un rango de valores dentro del cual existe la mayor probabilidad de que se encuentre el valor de una empresa en marcha.
La valoración, o estimación de los valores de una empresa, puede realizarse por diferentes motivos o circunstancias, encaminados todos ellos a la búsqueda de la información que permita la toma de decisiones racionales ante una posible compraventa u otros eventos similares[1].
Tener en cuenta que existen diferentes metodologías, las cuales tienen sus respectivas ventajas y desventajas que, al utilizarse en la valoración de un negocio, generan una información que adecuadamente analizada y evaluada permite alcanzar la estimación de un rango de valores para acotar el valor de la empresa en estudio.
La valoración de empresas desde el punto de vista de lo tangible e intangible aporta un valor incalculable, que solo por medio del conocimiento propio del negocio y sus acciones en el mercado donde se desenvuelve lo hacen crecer en virtud de que dependen del talento y conocimiento que tienen los integrantes de las empresas que a su vez las hacen más exitosas y productivas en los mercados donde participan.
Ahora bien es necesario tener en cuenta que valorar una empresa independiente al método que se utilice no perder de vista lo siguiente[2]:
- ¿Qué se está haciendo?
- ¿Por qué se está haciendo la valoración de determinada manera?
- ¿Para qué se está haciendo la valoración?
- ¿Para quién se está haciendo?”
Elementos a destacar para una adecuada valoración de empresa
Para aproximarnos a una respuesta a estas preguntas conviene precisar en qué consiste llevar a cabo una valoración. Valorar es emitir una opinión, un juicio, que siempre será subjetivo. Como toda opinión, puede estar o no suficientemente fundamentada. Los fundamentos de esa opinión no son exclusivamente técnicos, ya que valorar no es una tarea exclusivamente técnica, aunque tiene elementos técnicos que pueden invalidarla. Una valoración correcta es aquélla que está bien realizada técnicamente, que se fundamenta en supuestos razonables y que tiene en cuenta la perspectiva subjetiva bajo la que se lleva a cabo la valoración (valor para qué, valor para quién, valor en qué circunstancias). De estas afirmaciones se derivan, entre otras, las siguientes consecuencias[3]:
a) Para valorar correctamente una realidad económica es preciso conocerla.
b) Así mismo, para valorar un negocio hay que saber del “negocio” (sector), y una valoración es tanto más útil cuanto más se conozca de lo que se pretende valorar. Ciertamente no se podrá valorar en toda su magnitud una empresa que dispone de patentes y modelos de utilidad que se espera puedan llegar a concretarse en productos y servicios competitivos que demandará un mercado de forma ávida.
c) Para valorar correctamente hay que entender el modelo de valoración que se está aplicando, es decir, sus limitaciones conceptuales, los problemas en su aplicación, la razonabilidad de los supuestos.
d) Un modelo de valoración es tanto mejor cuanto más ayude a entender la realidad de lo que se pretende valorar, cuanto más obligue a pensar en esa realidad para confirmar lo que se sabe, aprender lo que no se sabe o rectificar lo que sabe incorrectamente.
e) Un proceso de valoración no debe confundirse con un ejercicio puramente académico en el que se trate de demostrar las habilidades analíticas o cuantitativas de la persona o personas que llevan a cabo la valoración. Toda valoración tiene un objetivo, un punto de vista, debe contar con una realidad existente y realizarse para obtener conclusiones operativas.
f) En un proceso de valoración hay que tener en cuenta diversos aspectos, tanto cuantitativos como cualitativos.
Como se ha escrito líneas arriba existe una metodología adecuada, a continuación pasamos a revisar los métodos de valoración de empresas más habituales utilizados en la práctica. Estos pueden ser agrupados en tres grupos, según la procedencia de los datos utilizados:
- Valores basados en el balance
- Múltiples.
- Sistemas mixtos.
- Descuento de flujos.
- Basados en la creación de valor.
- Opciones reales.
Dentro de cada uno de estos grupos podemos encontrar diferentes metodologías para valorar una empresa, tal y como se muestra en el cuadro siguiente:
Principales Métodos de Valoración[4] | |||||
Balance | Múltiples | Mixtos | Descuentos de Flujos | Creación de Valor | Opciones Reales |
Valor Contable Valor Contable Corregido Valor de Liquidación Valor Sustancial Capital Permanente Necesario | PER EBITDA Ventas Otros Múltiples | Unión Expertos Contables Europeos Clásico Método Alemán Método Anglosajón | Free Cash Flow Cash Flow Accionista Capital Cash Flow Dividendos | EVA Beneficio Económico Cash Value Added CFROI |
[1] R. Alonso Sebastián & A. Villa Pérez. Valoración de Empresas. Edición Mundi-Prensa.2OO7. Pag.18.
[2] Pablo Fernández es Doctor en Finanzas por Harvard University, MBA por el IESE e Ingeniero Industrial. Es Catedrático de Finanzas del IESE, donde imparte cursos sobre valoración de empresas, finanzas operativas y finanzas estructurales. Su actividad de consultoría se centra en la valoración y compra-venta de empresas
[3] Francisco J. Barrionuevo Canto. Métodos de valoración de empresas. Pag.12 [Visto en : http://goo.gl/ax0zvJ el 30/12/2015]
[4] Montserrat Casanovas, Pol Santandreu.Guia Práctica de Valoración de Empresas. Luppa Solutions. 2012. Pag.18.
muy buena información
Gracias por el comentario Alfredo. Muy pronto hablaremos de cada uno de los métodos.