El tema de integración ha ido cambiando, antes se creía que era solo de manera defensiva pero ahora se habla de la apertura al mundo, es ahí en donde interviene el famoso regionalismo abierto, aunque suena algo confuso diversos bloques comerciales ya lo están llevando a la práctica, tales como Unasur y Mercosur en América Latina y sobre todo el promotor que es la CEPAL. En la publicación se menciona desde la evolución de la teoría del regionalismo abierto, sus visiones de integración, hasta la aplicación en diversos bloques comerciales, en esencia de América del Sur.
1. ¿Cómo se genera la Teoría del Regionalismo Abierto?
La CEPAL contribuyó al debate sobre la dinámica de los movimientos de integración regional con un documento en el que proponía el “regionalismo abierto” como un modelo estilizado para caracterizar la tendencia presente en América Latina, al final de la Ronda Uruguay, en la que se conjugaban los acuerdos subregionales de liberalización con la apertura unilateral y el avance hacia la integración hemisférica.
María Paz en su libro “Perspectivas del nuevo regionalismo”, nos menciona que existe una evolución histórica del regionalismo, en la cual lo divide en tres etapas:
1.1 El viejo regionalismo.
María Paz, explica que el embrión del proceso puede encontrarse en la primera mitad del siglo XIX, época que coincidió con la revolución industrial y tecnológica, en la que se favoreció la comercialización de mercancías fuera de las fronteras nacionales y se generó un mayor vínculo político entre los Estados implicados. Esta primera etapa, según Mansfield y Milner, se desarrolló prácticamente en la segunda mitad del siglo XIX y se caracterizó por tener un perfil marcadamente europeo en la medida en que el comercio entre estos países creció de manera considerable.
Uno de los ejemplos claros de este periodo son los principales acuerdos comerciales de carácter preferencial que se concluyeron en Centro de Europa y, en especial, los acuerdos bilaterales de comercio y uniones aduaneras como el Zollverein alemán o la Unión Aduanera de Suiza (1848), de los Estados Austriacos (1850), la de Dinamarca (1853) e Italia (en la década de 1860). De entre todos destaca el Acuerdo Comercial Anglo-Francés de 1860, que inspirado en el principio de la Nación Más Favorecida, creó un nuevo esquema de sistema económico internacional. Resultado de este ímpetu integrador podemos afirmar que en la primera década del siglo XX la mayoría de las grandes potencias europeas (como Gran Bretaña, Alemania, Francia) habían concluido acuerdos bilaterales con terceros países, contribuyendo no sólo a fortalecer el proceso de integración europeo sino también a facilitar una mayor apertura del sistema comercial internacional.
El interés por el regionalismo fue tal que ya a principios del siglo XX Europa ya funcionaba en muchos aspectos como un mercado único, de ahí que algunos autores calificaran este fenómeno de “bilateralismo progresivo”.
1.2 El regionalismo de “nueva generación”
Como hemos visto, el viejo regionalismo o regionalismo clásico encontraba su razón de ser en una formulación geopolítica inspirada, en el viejo realismo político. Sin embargo, estos planteamientos tuvieron que ser reformulados a partir de finales de la década de los setenta, cuando el contexto económico y político del momento (la crisis del petróleo) impuso la necesidad de incluir el factor geoeconómico, dejando de lado el realismo clásico e instalando un neorrealismo que intentaba dar respuesta a las relaciones de interdependencia existentes en aquel momento.
1.3 El regionalismo abierto
A pesar de que el regionalismo abierto ha sido un fenómeno ampliamente utilizado en las últimas décadas, lo cierto es que todavía permanece un cierto sentimiento de ambigüedad en el mismo. La noción está fuertemente influenciada por su origen, al surgir como consecuencia de los esfuerzos realizados por las economías de Asia Pacífico por conseguir una mayor integración económica. Con el tiempo el concepto ha sido desarrollado ampliamente por diferentes organismos en especial por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
2. Definición del Regionalismo Abierto
El regionalismo abierto se definiría así como la interdependencia entre acuerdos de carácter preferencial y la integración “de hecho”, determinada por las señales de mercado, como resultado de una apertura no discriminatoria. En general, se trata de un proceso de integración regional llevado a cabo en un ambiente de liberalización y desreglamentación que, por lo tanto, es compatible y complementario con la liberalización multilateral.
3. Los fundamentos de la propuesta de integración económica
La integración económica y la inserción de América Latina en la comunidad internacional es uno de los puntos centrales que se busca lograr en este mundo competitivo, puesto que en América Latina se aprecia una serie de problemas respecto a la industrialización y la capacidad para competir con los países desarrollados, pero que gracias a los acuerdos comerciales, y a los futuros tratados de libre comercio con diferentes países de Europa y Asia, se está formando una nueva visión de América Latina.
Los autores María da Conceiao Tavares y Gerson, mencionan que “el papel estratégico atribuido a la integración económica no significaba, sin embargo, que ella fuera considerada, en sí misma, como una vía alternativa de desarrollo. Las posibilidades de reorientación del patrón de industrialización se revelaban limitadas por una serie de factores estructurales internos. Las ineficiencias en la estructura productiva y en la utilización de los recursos, el escaso desarrollo de instituciones y mecanismos financieros adecuados, el atraso y estancamiento de la economía rural, la ausencia de una base tecnológica endógena, la falta de movilidad social y la extrema desigualdad en la distribución del ingreso y de la riqueza y la incapacidad financiera del sector público, colocaban a las economías de la región en condiciones extremadamente desventajosas para industrializarse y competir con los países desarrollados. Así, en la visión de la CEPAL, la integración terminaría por concebirse también como parte de una política integral de desarrollo nacional, dentro de la cual las reformas estructurales, destinadas a remover los obstáculos internos, ocupaban una posición clave (CEPAL, 1969)”.
Estos autores nos muestran un panorama de deficiencias por las que América Latina pasa y que está tratando de repeler, estas deficiencias cada vez se intensifican, en el caso de la estructura productiva y la utilización de recursos, esto es un problema muy grave, ya que algunas estructuras productivas siguen con el sistema de ventaja absoluta, mientras que se olvidan de la base de toda producción que es la ventaja comparativa; luego, respecto a la utilización de recursos, hace décadas no se tenía un sistema útil para saber cuánto producir y con qué cantidad de recursos, gracias a la logística y a los diversos campos del área administrativa se ha mejorado este punto, como también la infraestructura de los diversos países de América Latina. Es por tal motivo que María y Gerson en los párrafos citados, nos muestran, que estos problemas impactaron de manera tajante en los países, por lo que se buscó la mejora, así la CEPAL, se vio vinculada a tomar un aspecto central para los países de América Latina, que es la Integración pero visto como una política integral para el desarrollo nacional, con esto se buscaba a través de programas y reformas estructurales, resolver los obstáculos internos de la nación.
Otros dos aspectos muy importantes, complementaban este enfoque global del papel de la integración económica en el desarrollo latinoamericano.” El primero, se refería a la necesidad de combinar el proceso integracionista con la expansión y diversificación del comercio con otras regiones del mundo, en particular con los países desarrollados. El intercambio extrarregional representaba cerca de 90% del total y era previsible que las necesidades de importación, fuera de la región, aumentarían considerablemente en las fases iniciales del proceso de integración. Además, como la idea de la integración no estaba asociada al propósito de creación de un espacio económico autárquico en la región, los flujos de comercio extrarregionales tenderían a expandirse ulteriormente, aunque modificando progresivamente su estructura”.
El segundo aspecto se derivaba del hecho de que, aisladamente, los países de la región carecían de poder de negociación para modificar en su favor los términos desfavorables que caracterizaban sus relaciones comerciales y financieras con los países centrales. Por consiguiente, era necesario establecer una política común frente a los países industrializados e instituciones financieras internacionales, a partir de nuevas condiciones de negociación y del aumento de la competitividad de las exportaciones resultantes de la unión económica. Con ello se pretendía replantear los términos en que se desarrollaba el comercio de productos básicos, abrir el mercado de los países industrializados a las manufacturas producidas en los países en desarrollo y tornar menos gravosas las condiciones de la cooperación técnica y financiera del exterior.
Como hemos podido apreciar, se presentan dos aspectos que han servido para el desarrollo de las naciones latinoamericanos, iniciaremos con el proceso integracionista con la expansión y diversificación del comercio, por lo cual diversos países latinoamericanos no solo buscaban establecer el comercio dentro del país, sino también abrir nuevos mercados en el mundo, en particular con los países desarrollados, dando lugar al manejo de diferentes políticas para evitar los problemas de las barreras comerciales. En segundo lugar, los países de la región carecían de poder de negociación frente a los países desarrollados, este aspecto términos desfavorables para poder iniciar una negociación con países desarrollados, por lo cual se vio obligado a plantear políticas para las mismas, y así estar insertados en la comunidad internacional, para tener mayor nivel competitivo, pero ya no sólo dedicado al país en el interior, sino ver mercados futuros de comercialización.
Por lo tanto, gracias al mejoramiento de políticas y al analizar la problemática por la que pasaba América Latina, se está logrando el proceso de inserción en la comunidad internacional, por lo cual ya no seremos países tercermundistas, sino estamos emergiendo, cambiando el sistema de dominancia y dependencia económica y siendo competitivos, puesto que la mayoría de países latinoamericanos provee de diversos productos y servicios al mercado extranjero.