China es el motor de la economía mundial en el siglo XXI. En su plan quinquenal 2011-2015, la nueva estrategia de la economía china se orienta hacia un desarrollo más apoyado en el consumo interno.Esto supone una enorme oportunidad para países como el Perú.
El océano Pacífico es el nuevo escenario de la economía mundial y la razón es China, la milenaria nación asiática que se ha convertido en el paradigma del siglo XXI.
Ya es oficial, China es la primera economía a escala mundial. Cubre el 7% de la superficie de la Tierra, más de 9.5 millones de kilómetros cuadrados, donde vive el 30% de la población terrestre, con un poco más de 1,357 millones de habitantes[1] para el 2013, con un producto bruto interno (PBI) de 17,632[2] miles de millones de dólares; esto es el 15% de la producción global, según lo establece el Banco Mundial.
Además, debido al crecimiento económico mostrado en las últimas décadas, China ha logrado este resultado debido a que a alcanzando para este 2014 tasas cercanas de 7,4%[3] y se prevé que para el 2015 sea alrededor de 7.1%. Para mantener este nuevo orden mundial, China deberá apuntar a una transición económica sostenible, y más dependiente de su demanda interna.
El Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), acorde con las proyecciones efectuadas por medio del modelo prospectivo International Futures, señala que en 2030 la economía china se ubicará como la más grande a escala mundial, con un nivel de producción que será 2.5 veces lo que es actualmente y representará el 17% del PBI global.
MEJORAR LA PRODUCTIVIDAD
De acuerdo con el presidente del Ceplan, Carlos Anderson, China es un país inevitable para el Perú, pues tenemos la suerte de estar en el centro de la actividad que despliega el gigante asiático, es un destino que compartimos junto con Chile y Colombia.
“El problema para nosotros será integrarnos al mundo desde el punto de vista productivo. Si hacemos una taxonomía de lo que significa la globalización y la dividimos en tres factores: financiero, importación y exportación de bienes y servicios, así como el aspecto productivo; observaremos que el Perú ha cumplido satisfactoriamente los dos primeros puntos, pero no ocurre lo mismo con la capacidad productiva”, asegura el funcionario.
Para Anderson, el aumento de la productividad es el secreto para el crecimiento económico, que a su vez es la clave para el desarrollo de herramientas de inclusión social.
Sin embargo, mejorar nuestra productividad también tiene que ver con aumentar la inversión en investigación y desarrollo, donde el Perú debe realizar una tarea gigantesca, más aún ahora que China ha decidido dar un paso adelante y hacer más sofisticada su producción, desarrollando empresas de calidad mundial, como Lenovo o Huawei.
“Hoy, en nuestra relación comercial con China, nosotros le exportamos básicamente productos tradicionales como el cobre, el zinc, harina de pescado y otras materias primas. Para integrarnos con ellos hay que entender que un tamaño de mercado mucho mayor siempre nos permite hacer uso de las ventajas comparativas que debemos tener y las economías de escala que pueden existir con el fin de aumentar la productividad”, asevera Anderson.
MANO DE OBRA
La directora del programa China-América Latina del Diálogo Interamericano, Margaret Mayers, sostiene que la necesidad de mejorar la productividad y la calificación de la mano de obra es un problema que el Perú comparte con el resto de los países latinoamericanos.
“Es un problema que tienen muchos países de la región. China le dedicó mucho tiempo y recursos a superar la productividad y la calificación de su mano de obra. Un enorme porcentaje de su PBI se ha destinado a superar el problema de la educación”, manifiesta.
Mayers agrega que el Perú tiene mucho potencial en materia de desarrollo científico en áreas como la agricultura y la minería, en las que se puede dar mayor valor agregado a la producción, pero todo ello pasa por una participación más activa del Estado en materia de inversiones. En América Latina, los países mejor posicionados en formación de capital humano son Brasil y México. En el primer caso, Mayer explica que los gobiernos de Brasilia y Beijing cooperan en la mejora del aspecto formativo y tienen reuniones anuales para fomentar las inversiones en el tema educativo.
[1] Banco Mundial. China.
[2] CHINA: Primera Economía Mundial. Diario Gestión. Lima-Perú. 11/10/2014. Visto el 11/11/2014, desde : http://goo.gl/qlXHJl
[3] Fondo Monetario Mundial. Visto el 11/11/2014, desde: http://goo.gl/xtOXeZ